El trabajo en alturas es una de las actividades laborales con mayor riesgo de accidentes graves o mortales. Se considera trabajo en altura toda labor que se realiza a una altura igual o superior a 1.5 metros sobre el nivel del suelo. Por ello, la seguridad en estas tareas debe ser una prioridad absoluta para empleadores y trabajadores. Uno de los principales pilares de la seguridad en altura es la prevención. Esto comienza con una adecuada capacitación del personal, el conocimiento de los riesgos y la correcta utilización de los equipos de protección personal (EPP), como arneses, líneas de vida, cascos, cuerdas y mosquetones certificados. Además, es fundamental realizar una evaluación de riesgos previa a cualquier actividad en altura. Esta evaluación debe incluir la revisión de las condiciones climáticas, la estabilidad de las superficies, el estado del equipo y la existencia de sistemas de anclaje seguros. Las empresas también deben implementar protocolos de rescate y primeros auxilios, así como un plan de emergencia en caso de caídas o situaciones imprevistas. La supervisión constante y el cumplimiento de las normativas legales y técnicas vigentes son esenciales para garantizar entornos de trabajo seguros. En conclusión, trabajar en alturas exige responsabilidad, compromiso y una cultura de seguridad sólida. Prevenir un accidente no es opcional, es una obligación ética y legal que protege lo más valioso: la vida humana.